En la discapacidad motriz padecida por pacientes con:secuelas de polio, parálisis cerebral, distrofias musculares, lesiones medulares, amputaciones, espina bífida, encefalopatías congénitas, artrogriposis, etc., sin compromiso intelectual y en algunos casos con un desfasaje madurativo, producto de su patología orgánica de base, la musicoterapia tiene un lugar desde la expresión, creando un espacio para que estos sujetos manifiesten su mundo interno, puedan liberar sus emociones y enfrentarse con las mismas, aceptando el aquí y ahora y lo que están viviendo.
Algunos han elaborado una imagen corporal de sí mismos, comprometida, debido a que ésta se ha interactuado de manera distorsionada y/o fragmentada, estas alteraciones (motrices y sensitivas) dificultan la exploración y el consecuente aprendizaje de sí mismos y del medio ambiente, cuando no han sido acompañadas por un medio que posibilite la construcción de una imagen corporal sana más allá de que su esquema corporal se encuentre afectado.
La realidad interna puede estar ligada a lo siniestro, a la culpa y a lo persecutorio. Las vivencias externas así constituidas generarán una imagen interactuada vinculada con lo horroroso, lo imperfecto y lo temido.
Cuando operan situaciones como las antes descriptas se constituyen sujetos con personalidades débiles, acostumbrados a que piensen y hablen por ellos, hagan por ellos, los lleven, los traigan y hasta los depositen al mejor estilo objeto.
La participación social de un discapacitado motor, es tal vez una de las situaciones más difíciles de afrontar, pues, sus limitaciones le hacen padecer distintas discriminaciones (sociales, laborales, culturales, etc.). Por ende y dadas estas circunstancias adversas, el poder integrar un grupo es una respuesta creativa y productiva ante esa segregación, que le permite afrontar afectos y emociones que lo movilizan, enriquecerse y enriquecer al grupo a través de la mutua participación.
Con el fin de que sean seres lo más independientes posibles, es necesario evitar la sobreprotección, ya sea en su casa, en la escuela, o en el medio que frecuenten, tratando de no someterlos como contrapartida a esfuerzos alejados de sus reales posibilidades, ya que exponerlos a situaciones de fracaso produciría en ellos una mayor tensión y frustración.
Es necesario también promover la confianza en sí mismos confiriéndoles ciertas responsabilidades y estimulando conductas solidarias, sean discapacitados o no.
QUÉ SE DEBE HACER EN UNA SESIÓN DE MUSICOTERAPIA:
1 - Un primer momento de caldeamiento, que los prepara para abordar la tarea propiamente dicha y que en general tiene que ver con una relajación profunda a modo de descender la espasticidad, presente en un alto porcentaje de ellos. Trabajar con la relajación es un medio para que el sujeto esté a la escucha de lo que le sucede en relación con el mundo interno y externo. Puede ser lo más importante en una primera instancia para poder lograr una mayor y mejor conexión con la tarea. Cuando se aborda el cuerpo se lo hace en su totalidad, de manera tal que la persona acceda a un reordenamiento de su imagen corporal.
2- Un segundo momento en donde se puede trabajar con instrumentos, canciones, cintas, globos, telas, etc., que actúen como objetos intermediarios y posibilitadores de la prolongación de sus cuerpos, facilitando así el contacto con zonas que les son inaccesibles por la falta de ciertos movimientos o acciones.
3- Un tercer último momento donde se realiza una puesta en común acerca de las vivencias experimentadas en el encuentro.
Por eso pienso que es importante hacer actividades con música y ver las distintas posibilidades que tiene tu cuerpo de moverse, estimulando y ejercitando los músculos para no tener espasticidad.
Información suministrada por: http//:foro.integracionclinica.com.ar
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